martes, mayo 29, 2007

El origen de nuestra tradición Liberal

Tiende a confundirse esta idea de liberalismo, existiendo tantos “liberales” dispersos dentro de la fauna política, así tenemos por un lado a Óscar Godoy, José Piñera, Andrés Allamand y por otro, a Carlos Peña, Alfredo Joignant, por mencionar algunos. Los primeros ligados, cual más cual menos, a la centroderecha y los segundos claramente más abanderizados con la socialdemocracia.

Ante esto lo lógico sería preguntarse por qué este grupo de personajes no se encuentran en la misma vereda política. Bueno la respuesta es muy simple, si bien puede ser un hecho en que ambos grupos pueden coincidir en algunos conceptos o ideas, su concepción de libertad surge de vertientes muy diferentes, una originada en Francia y la otra, la nuestra, originada en Gran Bretaña.

Ambas concepciones de libertad surgen bajo el alero de la ilustración en el siglo XVIII, pero la tradición francesa o también llamada tradición continental tiene sus bases en que todo puede ser concebido y explicado por medio de los poderes ilimitados de la razón humana, según esta concepción el hombre está dotado de cualidades morales e intelectuales que le permiten construir o modelar, de forma deliberada, la civilización (Racionalismo Constructivista), persiguiendo un propósito colectivo absoluto. Así tenemos que los principales exponentes de esta tradición son Votaire, Rousseau y Condorcet, en Francia. Fuera de Francia tenemos a Thomas Hobbes, en Inglaterra y a Jefferson en EE.UU.

Ahora bien, nuestra tradición liberal tiene su origen en la ilustración escocesa y su idea de libertad encuentra su esencia en la espontaneidad, en donde el orden social se entiende como un proceso evolutivo semiconsciente, propio de la acción humana y no de concepción humana. Sus principales cultores fueron David Hume, Adam Ferguson y Adam Smith, en Escocia, secundados por contemporáneos ingleses como Lord Acton, Edmund Burke y Josiah Tucker, y también franceses como Montesquieu, Benjamín Constant y Alexis de Tocqueville.

martes, mayo 08, 2007

Sociedad Civil, Democracia Liberal y Economía de Mercado:
Fundamento de las centros derechas modernas


Las principales preocupaciones de la tradición liberal o liberalismo, son la libertad, la igualdad jurídica, la democracia, la sociedad civil y el mercado. Partiendo de la noción de libertad "negativa" que se define como la capacidad de acción voluntaria y deliberada del individuo sin que exista coacción. Este tipo de libertad debe ser limitada en nombre de otros valores e, incluso, de la libertad de otros individuos; a su vez, es el punto de partida de la concepción liberal la cual implica una orientación que fundamenta la democracia.

Dentro de esta concepción, se considera que el mercado es el mecanismo idóneo para la resolución de los conflictos sociales y en ella no se establecen diferencias entre el mercado y la sociedad civil.

En relación al mercado, el liberalismo estima que es el mejor mecanismo para lograr el bienestar social, la libertad individual, la supervivencia de la sociedad y la disminución de las tensiones que pueden amenazar la estabilidad social. Según Friedman,"el amplio uso del mercado reduce la sobrecarga que produce el entramado social, ya que en todas las actividades que abarque hace innecesaria la conformidad..."

El liberalismo critica la igualdad social porque la considera como el principio legitimador del desbordamiento de la acción estatal; en su lugar, acepta la igualdad jurídica porque ésta es acorde con la libertad negativa. La igualdad jurídica se expresa en un Estado de Derecho el cual preserva los espacios de autonomía de los individuos, además de controlar los poderes absolutos del Estado.

Actualmente el pensamiento liberal considera que la igualdad de oportunidades en sentido amplio, es compatible con la libertad, ya que es necesario ofrecer condiciones apropiadas a aquellos que posean talentos innatos que puedan ser útiles a la sociedad.

Algunas concepciones como la social democracia y el socialismo asocian a la democracia con la “igualdad social” la cual tiene como fin mejorar las condiciones de vida de la población a través del Estado de bienestar. No obstante, la concepción liberal de la democracia se ha opuesto a esta noción sustantiva, adoptándose la definición de Schumpeter quien define a la democracia como "... aquel gobierno institucional, para llegar a las decisiones políticas, en el que los individuos adquieren el poder de decidir por medio de una lucha de competencia por el voto del pueblo.

La concepción sobre la sociedad civil del liberalismo ha variado desde el siglo XVIII. Entre los siglos XVIII y XIX el rol de la sociedad civil era el de limitar los excesos y los abusos del Estado. A partir del siglo XIX, ante el peligro de una sociedad atomizada por un Estado despótico, el liberalismo empieza a considerar a la sociedad civil como el ente intermedio entre el individuo y el Estado, como el ámbito de asociación que resulta de la participación voluntaria de los ciudadanos y como el espacio privilegiado de ejercicio de la libertad individual. Esta concepción liberal asume un modelo dicotómico de la sociedad (Estado-sociedad civil) donde se asimila el mercado a la sociedad civil.

Actualmente se concibe a la sociedad civil como un espacio donde confluyen relaciones y asociaciones que no tienen afinidades entre sí; ésta se define en oposición al Estado, considerado como instancia de la política y regulador de los conflictos que surgen en ella. Esto implica que tanto la familia cuya función es la socialización, como el mercado, mecanismo de producción y distribución de bienes y servicios, se consideran como parte de la sociedad civil a pesar que las diferencias entre ellas son evidentes. Al mismo tiempo, se concibe a la sociedad civil como la arena donde se desarrollan las actividades privadas y al Estado como el lugar donde se procesan los dilemas colectivos. Esta última visión concibe dos dimensiones: la sociedad civil como esfera de lo privado y el Estado como esfera de lo público.

A diferencia de la concepción anterior, se propone un modelo tricotómico donde interaccionan el Estado, el mercado y la sociedad civil y definen a la sociedad civil como la esfera de interacción social entre la economía y el Estado. Según esta definición, las sociedades política y económica están integradas por organizaciones diferentes a las de la sociedad civil. En esta última opera la dimensión privada que interactúa con el mercado y la dimensión pública que interactúa con el Estado. La sociedad civil por hacer uso de la integración normativa y de la comunicación se diferencia tanto de la sociedad política, que maneja el recurso del poder, como de la sociedad económica que maneja el recurso del dinero.

jueves, mayo 03, 2007

José Miguel Izquierdo y la Autonomización de la Derecha




El siguiente es un registro de audio extraido del programa Cadena Nacional transmitido todos los domingos por tvn, en donde José Miguel Izquierdo señala la autonomía que consiguió la Alianza, a no ceder a las posibles presiones del empresariado, todo esta discusión se circunscribe en el debate generado por la fallida Ley de Depresiación Acelerada presentada por el ejecutivo, en donde la Alianza vota en contra, pues considera que si bien dicho proyecto no es malo, está incompleto si no se benifician las Pymes.

Lo interesante de las aseveraciones de Izquierdo es el hecho de que la Alianza entiende que en el proyecto existe un sector que entra a competir en forma disminuida y además de dejar bien en claro el hecho de no ceder ante las presiones del medio, votando a conciencia.

Ambas precisiones son importantes de destacar, debido a que son propios del pensamiento liberal, pues por una parte, para el primer caso se hace una defensa férrea a la igualdad de oportunidades competir y en el segundo, el liberalismo es fiel opositora al poder absoluto, sea este de un estado, religión, persona natural o gremio.


Descripción: Formato mp3
Descargar

Milton Friedman
Historia de un Lápiz